Los derechos humanos no son una sandez, son el patrimonio moral de la Humanidad

Cuando uno cree que ya ha visto, leído o escuchado todo; cuando damos por supuestos principios y valores esenciales en  la sociedad como la libertad, la convivencia pacífica, la justicia, la dignidad intrínseca de la persona, la igualdad; cuando creemos superados los «fantasmas del pasado»; cuando damos todas estas cosas por superadas, y nos relajamos, es cuando nos llegan avisos que nos hacen despertar de este «sueño de progreso» de la humanidad. Comprobamos que sigue existiendo la discriminación por motivos de raza, edad, género, o condición sexual; leemos y escuchamos ideas que alientan y justifican esta discriminación, y lo peor de todo, incluso Gobiernos que las defienden y las ejecutan y llevan hasta las últimas consecuencias.

No hace falta ir a los grandes titulares, a las altas cumbres de Jefes de Estado. Lo podemos leer en nuestros periódicos locales, atisbarlo en discretas acciones municipales que pasan desapercibidas para el gran público, comprobarlo a pie de calle. La denuncia, en este caso, la ha hecho un medio digital comarcal de la Vega Media del Segura: Vega Media Press. Resulta, que al presidente francés, Nicolas Sarkozy, ocupando titulares día sí, día también, por la cuestión de las deportaciones de gitanos rumanos, le ha salido un fiel seguidor en las filas del Partido Popular del municipio murciano de Molina de Segura.

El artículo en cuestión, titulado «inmigración y la hipocresía nacional«, alojado en la web oficial del partido, y firmado por Adolfo Berrocal, contiene una visión cuanto menos muy «particular» sobre el tema de la inmigración, relacionándola directamente con la delincuencia, con la destrucción de España y de nuestra cultura. En relación a la cuestión de las deportaciones de rumanos en Francia, el autor parece tenerlo muy claro: «Ahora Francia está tomando medidas. Más vale tarde que nunca. Y casi todos se rasgan las vestiduras echando mano de los derechos humanos y demás sandeces». Sí, parece ser que para este señor, los derechos humanos son, en definitiva, «sandeces».

A la luz de estas afirmaciones, suponemos que el autor del escrito no está de acuerdo con estas palabras recogidas en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, cuando se afirma que «la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana«; imaginamos que tampoco está muy convencido de estas otras palabras que siguen: «el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad».

Lo que viene a reconocer el Preámbulo de la Declaración es algo que todos (o casi todos) tenemos más o menos claro: los derechos humanos son el gran patrimonio espiritual y moral de la Humanidad. Sólo este convencimiento, el respeto hacia estos principios, y su protección jurídica, puede traernos el progreso, la convivencia pacífica y armoniosa, nuestro crecimiento como seres humanos y como sociedad.

Lo más grave del asunto es que este tipo de argumentos xenófobos y trasnochados (que no «realistas») encuentren cobertura en la página web municipal del Partido Popular, que gobierna el municipio de Molina de Segura desde hace tres legislaturas, con mayoría aplastante. Como ciudadana de este municipio, al que siempre me he sentido orgullosa de pertenecer, como ciudadana europea, siento auténtica vergüenza ajena.

Desconozco si este escrito se ha colado en la web popular por un simple «descuido» o por «torpeza»; desconozco también si sus argumentos son compartidos por la ejecutiva del partido en el municipio. Lo desconozco porque nadie se ha pronunciado, excepto el autor, que se reafirma en sus palabras, acusa de manipulación al medio en el titular e invita a leer el artículo completo para no sacar frases de contexto. Pues bien, eso hice, acudir a la fuente y leer el artículo completo, (que sigue publicado, por cierto) lo que me causó aún más estupor e indignación.

Resulta, además, que el articulista cree que el origen de todos los males está en la unificación europea, en la libertad de movimiento, de capitales, mercancías y servicios: «Desde los inicios de la Comunidad Europea, desde los inicios de la apertura de fronteras y el libre tránsito de personas y mercancías, ha existido – y existe – un grave problema en Europa». Es decir, que el problema está en que los ciudadanos europeos (y los residentes) tengamos cada vez más derechos, más oportunidades, más igualdad, más libertad. Resulta que el problema está en todos los beneficios que nos ha traído el mayor proyecto de paz del siglo XX: la Unión Europea.

Como decía al principio, hay que seguir atentos, no relajarnos, pues los «fantasmas del pasado» están vivos y coleando. Es necesario que afiancemos los logros conseguidos y ampliemos los horizontes de las libertades y de los derechos fundamentales del ser humano, creando cada vez más instrumentos para salvaguardarlos, y desenmascarando a aquellos que anhelan «tiempos pasados» que, por cierto, rara vez fueron mejores en cuanto a libertades se refiere.

Encarna Hernández

8 comentarios en “Los derechos humanos no son una sandez, son el patrimonio moral de la Humanidad

  1. La memoria es frágil y se empieza por querer expulsar a unos seres humanos y el siguiente paso es un holocausto. Es dificil luchar contra ésas demagogias si detras no hay un pueblo preparado y conocedor de que todos los humanos tenemos los mismos derechos.
    Es un post estupendo, enhorabuena Encarna.

  2. Estoy de acuerdo contigo, es indignante como europea y como ser humano que se permita decir abiertamente y en un espacio público cosas como esas, que no hacen otra cosa que alimentar el odio y la xenofobia. Es lo que pasa cuando se abre la Caja de Pandora, que es lo que ha hecho Sarkosy con su política de expulsión.
    Un saludo desde la Vega Baja,
    Yolanda

  3. Lo siento, amigo, pero estoy muy en desacuerdo con este artículo. Es incuestionable hacer alusión y referencia a los Derechos Humanos en la decisión de Francia. Nada se ha alterado en modo alguno. Al contrario, la amenaza contra los Derechos Humanos y la dignidad se produce en la cultura de la violencia de este mismo pueblo y muestras de ello hay mucho. No es cierto que todos sean gitanos ni rumanos, pero sí comparten esa cultura tan ajena a los principios básicos de convivencia y respeto que imperan y deben seguir imperando en Europa. Es más, debido a estos problemas, entre otros, la ultraderecha se está haciendo hueco en los gobiernos y en la población. Mi pregunta es, ¿es más lícito, aunque cuestionable, la expulsión de este grupo de personas que no trabajan ni aportan beneficio alguno al Estado o permitir que con sus acciones y fechorías provoquen, que lo hacen, sentimientos auténticamente racistas entre la población europea? ÉSA ES LA CUESTIÓN. El problema no es el racismo ni los Derechos Humanos sino el mantenimiento de un espacio de convivencia dentro de un marco de sostenibilidad de principios básicos. Es fácil opinar… cuando no se tiene cercano el problema o se desconoce apoyándose en principios Universales que en este caso no tienen ninguna aplicación porque no se han alterado. Yo he estudiado y estudio Los Derechos Humanos y he estudiado al pueblo rumano, su idiosincracia, cultura, formas de vida y expectativas en Europa- Y las Instituciones europeas no pueden seguir mirando hacia otro lado porque el problema crece entre nosotros.

  4. El problema, José María, es que estas personas tienen derechos en tanto que personas, y más derechos en tanto que CIUDADANOS EUROPEOS. Esto es incontestable. También habrá franceses, españoles y demás «ciudadanos de primera clase» (los gitanos rumanos deben ser de segunda o tercera, según sus argumentos) que delinquen, pero no los deportamos en masa. La solución no es «vamos a echarlos (ilegalmente, por cierto, incumpliendo los tratados) porque se lo merecen», sino vamos a buscar un marco de convivencia, de integración, y siempre, utilizando los derechos y libertades fundamentales como base. Saludos.

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